Alan Reibel

Como start-up no teníamos una hoja de ruta clara. El proyecto fué madurando y tras más de un año de trabajo cada vez se alejaba más la luz al final del túnel. Fué en una reunión en la que valoramos una nueva feature y su viabilidad, cuando surgió la necesidad de detenernos a reflexionar en esa hoja de ruta tan difusa y en la necesidad de ayuda externa.
En la primera sesión logramos una visión más clara de las metas a corto y medio plazo, definir un MVP, pautas y procedimientos y sobre todo un enfoque bien dirigido, además de un soplo de aire fresco que revive la motivación.
mchojrin